No parece una mala noticia que la SGAE fomente el repertorio de sus socios sin embargo hay algo a remarcar. El ICCMU, editorial que depende directamente de la SGAE se creó con la intención de que obras que ya exentas de derechos de autor y/o de dominio público, volvieran a tener beneficiarios. La SGAE solicita para estos casos el 10% a sus programadores. A diferencia de obras nuevas que generan derechos hasta 70 años después de la muerte del autor «cuando se realiza una edición nueva de una partitura sólo se cobran derechos durante 25 años»
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