Otra excrecencia que surge de los hocicos de estos necios es que las figuras públicas no deberían meterse en política. No podría estar más en desacuerdo. Son precisamente estas figuras públicas las que mayor poder de difusión tienen, por lo que (si quieren, claro), deberían denunciar las injusticias que se cometen. De hecho, aunque no tuvieran poder de difusión, también deberían tener el derecho de expresarse, ¿o es que por ser famosos ya no pueden tener opiniones?
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