Ojo, que yo no soy racista, pero es que es verdad que con tanto inmigrante ya no cabemos, joder. Y encima no sólo le roban el puesto de trabajo a la gente de aquí, ¡es que no se integran! En lugar de adaptarse a nuestras costumbres van y se empeñan en mantener las suyas. No sólo siguen comiendo las mismas cosas que en su tierra sino que hasta abren restaurantes donde las sirven.
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