Babeas. Arrastras los pies, con esas Pull&Bear de rebajas que solo te pones cuando no hay nada que lucir. Los tumbos que das son tan exagerados que hacen que la gente con la que te cruzas por la calle más transitada de tu barrio, a eso de las 11 a.m. del domingo, piensen que vas de coña. Incomprensiblemente, solo te queda un cristal en las gafas de sol. ¿Sin camiseta en pleno invierno? Así es. Te han robado el móvil, justo después de hablar con ella, con lo que sabes a ciencia cierta que ésa ha sido la última vez.
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