La esposa de Liu Xiaobo, Nobel de la Paz 2010, apunta que el sistema político de China tiene ya un mecanismo intrínseco para absorber y diluir a los críticos, como su marido. El sistema los pone en su lugar y sigue su camino, sin generar cambios significativos. El artículo plantea si eso mismo ocurre en el sistema político global, lo cual evita un cambio radical que sería necesario ante los desastres económicos y ambientales tan graves que vive nuestro planeta.
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