Los sistemas electorales se pueden clasificar en dos grandes grupos: proporcionales y mayoritarios. En los sistemas mayoritarios se vota a una persona con nombres y apellidos, pero las minorías no quedan representadas. En los sistemas proporcionales las minorías obtienen representación, pero el voto es a partidos políticos y no a personas concretas. El sistema electoral español reúne las desventajas de los sistemas mayoritarios y de los proporcionales, y ninguna de sus virtudes. [Enlaces relacionados en el primer comentario.]
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