Pinga, pinga. Te voy a matar. Lo que hay que hacer es darte duro en la cara esa, caerte a gaznatones. Eres un chiquillo de mierda. La guerra comienza a cualquier hora. Las horas de tregua son, entonces, sólo preludios durante los cuales se preparan los próximos insultos, los golpes del combate inminente. El campo de batalla está en un edificio del céntrico barrio habanero de El Vedado. E
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