El otro día comentaba Sergio L. Palacio en Twitter que su niña se había atragantado con un caramelo. Afortunadamente mantuvo la calma y consiguió que lo expulsara, con el consiguiente susto post-traumático. Tras ese episodio me escribió Dani, de “Ese punto azul pálido“, comentándome que sería buena idea hablar de la famosa maniobra de Heimlich, que bien aplicada evita que los atragantamientos terminen mal. Una imagen o un vídeo valen más que mil palabras, así que el artículo de hoy es bastante “visual”
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