Mohammed, Khalip y Chahid querían una vida mejor. Lo que encontraron fueron palizas constantes por parte del patrón (también marroquí), 15 horas sin parar de trabajar y abusos verbales y psicológicos. El salario prometido se quedó en 200 euros por dos meses. Y a dividir entre cinco. Los mismos que presentaron una denuncia a la Guardia Civil. Ahora, el "jefe peligroso", como ellos lo llaman, está imputado por delitos contra la libertad de los trabajadores, de amenazas, lesiones y estafa.
|
etiquetas: inmigracion , huelva , esclavitud