Los hechos tuvieron lugar en la barriada Palma-Palmilla, donde, agentes de una dotación de la Policía Local de Málaga observaron al menor circulando sin hacer uso del preceptivo casco protector, realizando continuos levantamientos de la rueda delantera conocidos popularmente como "caballitos" y a gran velocidad, "poniendo en peligro tanto su propia integridad como la del resto de usuarios de la vía". Tras interceptar el vehículo e identificar al conductor vieron que era un niño de 10 años y, por tanto, inimputable.