Ya que Ricardo me pidió en su blog que ayude al gobierno británico a prohibir que se prohíba mal, le devuelvo una tarea para que ayude a la Municipalidad de Chiclayo (aquisito nomás) a hacer lo mismo. Este cartel está fuera de uno de los parques principales de la ciudad y refleja los absurdos en que cae la burocracia cuando no tiene idea de cómo y para qué regular y prohibir las cosas.
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