Hice lo que tenía que hacer: devolver el bolso con los tres fajos de cien mangos que había adentro”. Julio Oliva, un humilde taxista de 49 años y padre de seis hijos, que por jornada de 13 horas frente al volante, ronda los $ 60 de ganancia por día hábil trabajado. Devolvió 30.000 pesos. Julio se bajó y le dijo como retando a un hijo ¡cómo podés andar con tanta plata encima! ¿Y qué le dijo el muchacho? “Gracias, me devolviste de nuevo mi trabajo. Venía de la Compañía Cervecera donde no le cobraron una factura porque le faltaba plata.
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