Mientras realizaba un servicio vio cómo un perro de grandes dimensiones se abalanzaba sobre una señora. Sin mucho que pensar, se bajó de su vehículo dispuesto a socorrer a la afectada. «Salí disparado a quitar al perro de encima de la señora y, como ya esperaba, el animal se enfrentó también a mí». El perro en cuestión era un mastín de gran tamaño que, curiosamente, era propiedad de la afectada.
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