“Niño estudia”, te dijeron,
y estudiaste.
“Calla niño”,
y te callaste,
y así nunca te asomaste
al brocal de lo prohibido.
Eras hombre decidido
por ajena decisión,
eras sólo una canción
de cuna para un profeta
y ahora eres la silueta
de un crepúsculo vencido
de soles que ya no giran.
¿Y qué harás cuando te digan
“muere, niño”? ¿Morirás?
¿O darás un paso atrás
aunque te llamen cobarde?
Todo naufraga, todo arde:
se ha desatado la guerra.
Los mansos tendrán la tierra,
pero no será esta tarde.