Tengo que confesar un horrible y sucio secreto, una conducta abyecta que me separa de mis semejantes y que hace que odie la imagen que veo en el espejo por las mañanas… pago por ver películas. Lo hago por muchísimas razones, la más importante es que considero que cuatro dólares para alquilar una película que puedo ver en HD y en streaming nada más pulsar el botón de OK es un precio razonable. En cualquier caso, mi entrevista apuntaba a la necesidad de crear una alternativa de pago efectiva, abierta y que realmente funcione para distribuir cine