Rennie Gibbs, afroamericana de 16 años y toxicómana, da a luz un bebé prematuro que simultáneamente llega a este mundo y se va. No llegó a respirar. Lo que en principio se atribuyó a un accidente del cordón imbilical, la autopsia reveló rastros de cocaína y la muerte se convirtió en homicidio. Mississippi es uno de los estados con leyes abortivas más estrictas.
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