Un agujero de 240 millones de euros, de los cuales 57 —es decir, un 30% de la deuda—, son gastos no presupuestados. Esa es la herencia «envenenada» que Tomás Gómez dejó a su sucesor, José María Fraile, en la Alcaldía de Parla y que ayer se conoció tras la aprobación de las cuentas del municipio de 2008 en un pleno extraordinario.
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