Creo que hay una tragedia real en el hecho de que los hombres hetero no se vean a sí mismos de la misma manera que los vemos las personas a las que les atraen los hombres. Si le pides a un hombre hetero que te describa qué aspecto tiene un hombre atractivo obtendrás muy poca variedad: el ideal de hombre masculino es alto, ancho de hombros, de mandíbula fuerte con hoyuelo en la barbilla y de complexión escultural y musculosa. La imagen esterotípica del Macho Alfa, alguien a quien él pueda respetar y envidiar.
Y sí, claro, hay bastantes mujeres y hombres gay y gente de todo tipo que sienten atracción por ese tipo específico, incluso exclusivamente, pero hay mucha más variedad tanto en los gustos como en sus objetos.
La pareja estereotipo de «esposa buenorra con marido feo» deriva de las observaciones de hombres hetero desde su propia perspectiva. Que una mujer busque hombres que los hombres encuentran feos no tiene ningún sentido para ellos, y concluyen que una mujer puede pasar por alto que seas feo si eres lo suficientemente divertido, inteligente o rico. Si la mujer insiste en que se siente atraída por un hombre específico que no es atractivo según los estándares de ellos, asumirán que miente.
La parte trágica viene cuando un hombre que se ve feo a sí mismo se amarga por ello, desarrollando una personalidad desagradable que la gente sí encuentra fea, y usa sus repetidas experiencias de rechazo amoroso como prueba de que es feo físicamente, insistiendo en que seguramente las mujeres podrían ignorar su fealdad si fuese lo suficientemente alto y musculoso, y tuviese la estructura ósea adecuada. Y así nace el círculo vicioso retroalimentado de ser un incel amargado.
Lo que pasa con lo de que «un hombre feo con una personalidad agradable puede ser atractivo» es que normalmente ni siquiera son feos en absoluto. Hay gente a la que de verdad les gustan los hombres peludos, los hombres delgados y delicados, los hombres bajitos y los hombres femeninos. Hay tanta variedad como en el queso, no puedes comparar el gorgonzola con el brie. E igual que como con el queso, mientras no seas tóxico, siempre hay alguien a quien le guste. Solo necesitas el vino adecuado que lo complemente.
- Traducido de Nyöhähähhäh.