Si tienes un gato, te verás como su madre/padre en versión humana: una figura que lo alimenta, lo entretiene y lo lame para mantenerlo limpio (espero que esto último no). Sin embargo, tu gato ve vuestra relación de manera distinta. Según el libro Cat Sense, del biólogo británico John Bradshaw, tu mascota cree que eres un gato más grande y no hostil.