Tiene que haber sido un tremendo error. No me puedo creer que la Ugt (unión general de trabajadores) ha obligado a que se cierre un comedor que estaba quitando el hambre a cuarenta ciudadanos de Roquetas de Mar. No me vale, en la actual situación que están viviendo los trabajadores de Roquetas, que un sindicato de izquierdas decida cerrar un local que no está usando, y en el que un grupo de voluntarios, casi todos jubilados, están ayudando con un poco de comida diaria a un grupo de “seres humanos” en peligro de pasar hambre. ¡Seres humanos!
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