El problema de España es de sintaxis: se ha puesto imposible construir una frase sin la palabra presunto. Y lo mismo ocurre al leer los periódicos. Si las noticias aluden a la Monarquía, el presunto es el yerno a veces el Rey mientras amiga ha recuperado aquel significado hipócrita de los años 60: el retroceso semántico como síntoma del deterioro general... ¿Es usted mismo también, señor Rajoy, sólo un presunto presidente del Gobierno?
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