Hace medio siglo que deberían haber derribado al menos tres plantas del Banco de Granada de la Gran Vía. Y ahí sigue el mojón. Destrozando las vistas de la Catedral de Granada desde el Albayzín. Aunque todavía se está a tiempo de solucionar el desaguisado. El detonante de aquella polémica –ruidosa en los despachos y anodina en la calle– lo protagonizó el pintor y erudito Enrique Villar Yebra. Enfrentó a los poderes económicos locales, al arquitecto municipal, al alcalde que lo permitió y al periódico IDEAL.
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