En una sociedad que prima la culpa, la vergüenza también existe, y viceversa, por lo que se puede sentir vergüenza al ser descubiertos. Cuando el egoísmo se convierte en un modus operandi legítimo, hay una erosión del sentimiento de vergüenza, porque la vergüenza presupone una posibilidad de ser responsable para con los otros. Y el capitalismo ha erosionado en gran manera esa capacidad. Esta es una cultura que legitima la persecución hedonista del propio interés en todos los dominios
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