Después de entrar en Siria sin tener la intención y verme rodeado de los rebeldes del Ejército Libre de Siria, mi empeño en volver a Turquía a través del agujerito por el que entré se vieron frustrados porque los militares lo habían tapado y uno de ellos me amenazaba con un fusil. ‘Si quiere entrar, únase a los refugiados’, me indica el soldado con cierto enfado. Uhmm, pensé en ese momento, estoy atrapado en Siria y me temo que no es ni el país ni el momento más indicado para quedarse encerrado aquí dentro.
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