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La vida alternativa de Danny el Belga

Ni nos hemos dado cuenta de que estaba tocando la flauta cuando se nos acerca pidiendo unas monedas, con una sonrisa en la que se adivina la costumbre de ser ignorado y un acento mezcla de andaluz, francés e italiano. Entre los dos le damos un poco de suelto, que él agradece con gestos y palabras. Ella adivina el deje francés, y en este idioma le pregunta de dónde es. De Bélgica. Unos minutos más tarde nos dice que se llama Danny y que lleva doce años en España. De ellos, los últimos cinco los ha pasado en Almería “por el clima”.

| etiquetas: almeria , inmigración , felicidad , andalucia

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