Regresábamos de una patrulla de reconocimiento por la ruta Lithium, mi vehículo era el cuarto de la columna. No recuerdo la explosión, posiblemente perdí el conocimiento por unos instantes. Los gritos de mi conductora me devolvieron a la realidad, me encontraba en una postura extraña, aturdido, algo me quemaba la zona lumbar y un tramo del cinturón de seguridad me aprisionaba el cuello, dificultándome la respiración y el habla. Creo que en ningún momento fui consciente de las heridas que había sufrido...
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