La sensación después de volver de Brainrotten & Fugue fue… extraña. Nadie en su sano juicio se alegra de volver a la oficina. Pero después de aquello, entrar por la puerta de Suprakillminds fue algo balsámico. Dejar atrás el color marrón y pasar al blanco puro – blanco seguro fue todo un alivio. Pero el alivio duró poco. El marrón es un color que lo mancha todo.
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