Yo, de mayor, quiero ser un piso. Uno de esos con dos o tres dormitorios, su cocina y su aseo. Me da igual grande que pequeño, pero, lo tengo claro, yo, de mayor, quiero ser un piso, porque todos lo desean. Si el inquilino no lo quiere, lo quiere el dueño. Si el dueño no lo quiere, lo quiere el banco. Un piso lo quiere todo el mundo..."Quisco", así se llama nuestro protagonista, vive en el albergue de Alicante. Representa a otros muchos perros que, como él, reciben olvido como premio a toda una vida dedicada a sus dueños.
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