Unir el motor 2.0 turbo de General Motors a un par de propulsores eléctricos no es crear un deportivo estrictamente eléctrico. Sin embargo, si los vestimos con un bastidor de aluminio, conexión a cualquier enchufe de 240 voltios y una carrocería como la del Fisker Karma S Concept presentado en el Salón de Detroit, tenemos por lo menos un coche espectacular, muy veloz y capaz de lograr consumos de risa.
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