"El chollo de la vida" es la perfecta definición del modelo alemán, del que ha hecho uso y abuso el PP valenciano desde tiempos de Zaplana: el político encarga un proyecto a un constructor amigo, con coste cero. El constructor debe hacerse cargo de todos los gastos hasta que el edificio esté construido (con lo que se pueden hacer ciudades de las ciencias pese a no tener dinero). El polítco lo inaugura con coste cero, ya que no empieza a pagar hasta que el edificio está entregado. Eso si, luego hay que ir pagándolo con sobrecostes e intereses durante 20-30 años. Así se explica cómo una autonomia deficitaria como la Comunidad Valenciana ha podido construir tan grandes infraestructuras en tiempos de Zaplana y Camps...las facturas eran una herencia para la posteridad, que acabarían pagando los de la oposición o, en el peor de los casos, un primo de tu mismo partido que se come los marrones (Fabra en este caso).
Este método de financiación debería estar explícitamente prohibido.
Este método de financiación debería estar explícitamente prohibido.