En un Estado constitucional, democrático, social y de derecho, no deberíamos consentir que la atención de las necesidades básicas de las personas con diversidad funcional fuera un asunto para la caridad o la limosna. El Estado debe asumir su responsabilidad ante la ciudadanía. Y que nadie diga que no hay dinero para atender necesidades esenciales cuando nos gastamos una millonada en sofisticados caza-bombarderos que solo sirven para matar y/o amenazar con matar.
Error grave es que los puertos náuticos estén llenos de embarcaciones de recreo mientras la inmensa mayoría de la población vive con el temor cierto a sufrir desahucio.
Aquí en Euskadi, los rumores sobre la existencia del vídeo se conocían desde el inicio de la Conferencia de Paz, lo que nadie esperaba es que el contenido fuera algo tan ilusionante como la declaración unilateral de cese definitivo de acciones armadas (y ojo que el estilo no me gusta, es más de lo mismo). Muchos esperábamos que ETA diera largas, como viene haciendo desde hace años.
Por desgracia, el avance de los años no siempre se corresponde con una progresiva introducción de mejoras en cuestión de derechos civiles, políticos, sociales, humanos, individuales y colectivos.
¿Estamos tontos o qué? Si quieren poner los pies en un parlamento, antes tendrán que confeccionar y presentar un programa, resultar elegidos y cumplir las mismas leyes que cumplimos los demás. Cuando ciertas trampas dejen de beneficiar a quien las permite, se acabará la fiesta.
#6 Conviene no sacar las cosas de contexto. La libertad de expresión es casi absoluta, y ese casi solo está limitado por la necesidad de respetar los derechos de las demás personas. Es decir: la libertad de expresión no ampara la difamación, ni los insultos, ni las amenazas, ni los atentados contra la privacidad, ni el discurso de odio (aunque dilucidar los límites de esto último, daría para un debate extenso y muy interesante).