Es curioso esto de la sobreprotección. Una amiga educadora que se maneja con críos de 7 años me contaba hace poco que no hay nada que más les llame que las historias que tienen un ingrediente de gore. Hablábamos del mito de Inanna descendiendo al inframundo y acabando como un colgajo de carne aprendiendo los secretos de la muerte de su hermana Ereshkigal, y me decía, ¡esa es perfecta para los niños!