#65 No, de raro nada... Los vicios que se los pague cada uno. Sin embargo, entiendo que huelga explicar la diferencia entre prostitutas, "traductoras" y traductoras.
Pues eso.
Lo mejor de la micromina (en mi casa se llamaba así) era que parecía sangre seca, y lograba que un pequeño rasponazo pareciera una herida mortal, de la que podías presumir con tus amigos.