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Interior aconseja a las mujeres maltratadas tener una "habitación del pánico" [85]

  1. -Oye Paco, déjame libre esta habitación que le voy a poner una puerta blindada y un teléfono para cuando me pegues.

    -No hay problema cari, ahora me pongo a ello.

La moda que disparó el sarampión [235]

  1. #26 #27 #33 A simple vista es un poco contraintuitivo, pero explicado es fácil de entender. Ninguna vacuna inmuniza con un 100% de efectividad, sino que reduce enormemente la probabilidad de contraerla. La primera dosis de la triple vírica, por ejemplo, proporciona un 90% de protección contra el sarampión. Por otra parte, el sarampión tiene una tasa de contagio del 90% entre personas no inmunizadas.

    Esto quiere decir que si tu hijo vacunado se expone a un niño enfermo, la probabilidad de que desarrolle la enfermedad es de un 10% (o 0.1). Dicho de otro modo, un sólo niño con sarampión puede pegar la enfermedad de media a 3 compañeros vacunados de su clase de 30 alumnos.

    Veamos qué ocurre (muy simplificadamente) con este brote de sarampión desde su foco hacia mi imaginario hijo y sus amigos:

    Si mi hijo (vacunado) conoce a su vez a tu hijo pero no va a su misma clase, la probabilidad de que la enfermedad llegue desde el foco hasta mi hijo es de 0.1×0.1=0.01 o un 1%. Los amigos vacunados de mi hijo tendrán un 0.001 de posibilidades o un 0.1%. Sin embargo, si tu hijo no está vacunado, mi hijo tendrá una probabilidad de 0.9×0.1=0.09 de contagiarse, un 9%, y sus amigos un 0.009, un 0.9%. Si mi hijo tampoco está vacunado, su probabilidad de contagiarse será de 0.9×0.9=0.81, un 81%. Sus amigos a su vez, aunque estén vacunados, tendrán un 8.1% de probabilidad de enfermar, 81 veces más que si tu hijo y mi hijo estuviesen vacunados.

    Se llega a la conclusión de que si la inmunidad que proporciona una vacuna es del 90% y su tasa de infección entre personas no vacunadas también es del 90%, por cada niño no vacunado que conecte a tu hijo con el foco, su probabilidad de enfermar se multiplica por 9. Por tanto, la vacunación de un individuo no sólo le protege a él sino al resto de la población.

    A esto hay que sumarle que hay un buen número de personas que no pueden ser vacunadas por motivos médicamente justificados, como inmunodepresión o extrema sensibilidad. Éstas personas dependen, literalmente, de la vacunación de quienes les rodean.

    Cuando una proporción suficiente de la población está vacunada, la enfermedad no puede extenderse debido a la minúscula probabilidad de que supere cada obstáculo (persona vacuna) en una cadena. Esto se llama Inmunidad de Grupo: es.wikipedia.org/wiki/Inmunidad_de_grupo

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