Los periodistas de este país son como los oráculos. Pueden decir lo que les dé la gana y les parece muy mal que alguien les responda o matice sus informaciones. Siempre tienen la última palabra.
No veo qué puede tener de censurador que un gobierno (municipal, en este caso) ejerza su derecho a réplica y a explicar a los ciudadanos informaciones que aparezcan en la prensa. Porque a este argumento se agarran para preguntar: "el público tiene derecho a saber". Pues yo, como ciudadano, quiero conocer la versión de la Administración.
Lo que sí veo como censurador es que un medio diga lo que le dé la gana sin que nadie pueda responderle, o estas respuestas no reciban el mismo tratamiento que la primera información.
¿Cuántas veces hemos visto un "mea culpa" en El Mundo, El País, La Razón, ABC... incluso cuando es más que evidente que han publicado informaciones que no se ajustan a la verdad? ¿Han rectificado aquella famosa portada de "La mirada de un asesino" dedicada a una persona que finalmente se demostró inocente? ¿A qué nivel?
Pues eso. En lo que a mi respecta cada administración pública de este país debería hacer algo parecido.