Se trata de una medida muy civilizada. No hay tortura más salvaje que destruir los pulmones del prójimo en cómodas cuotas. En Dublin y en Buenos Aires ya no se puede fumar en bares y restaurantes. Los índices de enfermedades pulmonares han descendido notablemente desde la aplicación de la medida. Elmexus
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Absolutamente frívolo, sin dudas. Pero que derecho tiene una burocracia de gobierno a imponer sus preferencias a sólo 1500 millones de personas. Ninguno, obvia respuesta. Las libertades individuales son la última garantia que los ciudadanos decentes tenemos contra el avasallamiento de los ladrones y los autoritarios.
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