El debate sobre la tortura en España está profundamente ligado a la historia de ETA. Las torturas que algunos detenidos han sufrido por parte de las fuerzas policiales españolas, fundamentalmente durante la dictadura franquista, han contribuido al deterioro de la imagen de la administración española, a la radicalización de ETA, y a su captación de miembros. Y, a la inversa, la escalada en la adopción por ETA y otros grupos de métodos violentos permite que aún después de la transición, se mantengan medidas como los interrogatorios sin abogado, o la potestad de retener a un detenido incomunicado durante cinco días sin permitirle contactar con su defensa o su familia.[49]
Precisamente, uno de los primeros asesinados por ETA fue Melitón Manzanas quien, como jefe de la Brigada Político-Social de San Sebastián, había torturado a numerosos opositores al régimen franquista.
Las denuncias por torturas no cesaron con la Constitución de 1978, pero el gobierno español afirma que las denuncias son falsas y se deben a una consigna de ETA a sus militantes. Los detenidos acusados de pertenecer a ETA alegan en muchos casos haber recibido torturas que no dejarían lesiones duraderas (asfixia, agresiones sexuales, golpes o presión en los genitales, golpes con objetos romos, descargas eléctricas, exposición al frío, amenazas). En ocasiones, los acusados sí presentan marcas de lesiones al acabar la incomunicación[50] [51] pero la policía alega que se las han infligido los propios detenidos a sí mismos, que son resultado de caídas o de forcejeos en los que los agentes se han limitado a defenderse. Por otro lado las denuncias de tortura no se ciñen exclusivamente a las personas acusadas de relación con ETA o el mundo abertzale, y se han denunciado también casos de tortura hacia otros sectores sociales como pueden ser los inmigrantes.
Las asociaciones de la llamada izquierda abertzale suelen ser las más activas en la denuncia de la práctica de torturas contra sus simpatizantes, dando crédito a todas las denuncias. Por el contrario, el PP, el PSOE y los sindicatos policiales niegan que la tortura sea una práctica extendida, reconociendo sólo los casos confirmados por sentencia judicial. Otras entidades, como la Organización de las Naciones Unidas (que envió a su relator Theo van Boven), Amnistía Internacional, Human Rights Watch no confirman la tortura aunque creen que se podría mejorar las garantías para evitarla, Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria, y partidos políticos como IU, PNV o EA mantienen sus reservas sobre la mayoría de las denuncias, aunque dan credibilidad a algunos casos, aun sin sentencia firme, cuando el detenido sale del periodo de incomunicación con lesiones que ha sido fuente de gran controversia para la opinion pública (como en el caso de Unai Romano) o cuando la víctima tiene un amplio prestigio social (como en el caso de Martxelo Otamendi, director de Egunkaria).
En este sentido, en 2006 el Gobierno Vasco accedió a las peticiones de Amnistía Internacional y anunció que la Ertzaintza grabaría en vídeo los periodos de incomunicación de los detenidos.
(DIRECTO DE WIKIPEDIA, a mí que me registren).
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DEFINICIÓN: "La partitocracia es aquella forma de Estado en que las oligarquías partidistas asumen la soberanía efectiva"
La idea de que el régimen español es una partitocracia (por oposición a una democracia) la defienden pensadores de altísimo prestigio como Gustavo Bueno o Antonio García Trevijano. Cientos de periodistas en toda España. Señalo, por ejemplo, a Manolo Martín Ferrand o Juan Fco. Martín Seco.