Cosas para adultos (1): El Rocío
Tras intentar explicarme en pleno siglo XXI el espectáculo de los millones de paisanos bebiendo vino, cantando, rezando en plena borrachera, dándose golpes en el pecho, jurando que van a ser buenos, arrastrando mulos y carretas por medio país, tragando polvo y llorando alcohol en honor a la virgen del Rocío, pegándose de hostias por agarrar esa estatua de madera, saltando una reja a las tres de la mañana, tratando a sus caballos como la marca de distinción señoritil que son y zarandeando de mala manera a sus hijos pequeños para que se rocen con la Blanca Paloma y así no se metan de mayores en la Droga o se hagan rojos o gays o ateos, o las tres cosas, o cosas peores que cuando seas padre comerás huevos, tras ver eso, he decidido que no estoy preparado para entender este misterio, puesto que tal misterio es, como todos los misterios, irracional e irresoluble, y yo ya no estoy para darle vueltas a las cosas, sobre todo después de saber los millones por minuto que ganan los presentadores de los teleconcursos de la televisión pública donde se aspira a salir de pobre sin dar palo al agua, pero eso sí, con el dinero de todos los demás imbéciles contribuyentes en el bolsillito.
Los polvos del camino
• Hay tantos Rocíos como rocieros. Mientras para la inmensa mayoría se trata de una celebración religiosa con connotaciones festivas, para otros La Aldea es el lugar ideal para correrse una buena con cocaína, ‘éxtasis’, hachís... Incluso se habla de orgías.
Reportaje por: David ARNANZ
“Venimos por la Virgen, que es lo más grande; pero si además lo animamos con flamenco, cante, baile, copitas y buen jamón, mejor que mejor”. Una mezcla de fervor y diversión: eso es El Rocío, la mayor peregrinación del catolicismo, comparable con la visita a La Meca en el islam. Pero ¿habría tanta devoción si se eliminara la parte lúdica de esta fiesta religiosa? “Naturalmente, sí. Se dice que cada vez hay menos gente en el Camino, sin embargo, La Aldea este año está a reventar”, explica un peregrino de la Hermandad de Huelva, una de las emblemáticas de El Rocío.
Hay quien no se da cuenta de que hacer el Camino cuesta unos 2.500 euros por pareja, y no todo el mundo se lo puede permitir; por eso se vienen directamente a La Aldea a ver a la Virgen, que es lo más importante”, explica otro rociero. Pero no todos comparten el mismo sentimiento. “Nosotros venimos de fiesta y nos interesan nuestras copitas, los porritos y, sobre todo, ligar: aquí un amigo para todas sus amigas”, comenta un joven de Cádiz que visita El Rocío por primera vez junto a dos amigos porque “el año pasado estuvieron unos colegas y lo pasaron de puta madre”.
Cocaína, ‘éxtasis’ y hachís
“Droga hay, eso está claro, pero como la puede haber en cualquier fiesta o discoteca”, comenta restándole importancia uno de los 600 guardias civiles que han compuesto el dispositivo Aldea para la seguridad de la fiesta. Sin embargo, las drogas o el alcohol han estado presentes en la mayoría de las detenciones que se han producido este año. A un joven le dieron el alto por conducir sospechosamente de madrugada. Durante el registro se le encontraron dos papelinas de cocaína y 18 pastillas de éxtasis. ¿Resultado? Detenido por menudeo; es decir, por llevar poca cantidad, supuestamente des- tinada al consumo personal. “La mayoría venimos con nuestras drogas de casa, pero aquí es bastante fácil pillar”, comenta una joven que baila en uno de los chiringuitos flamencos de La Aldea. “Somos conscientes de que aquí hay excesos, pero no hacemos controles de alcoholemia ni de menudeo. Si los hiciéramos, nos tendríamos que llevar a la mitad de los rocieros”, asegura un guardia civil, que añade: “No intervenimos mientras no se altere el orden público. La presencia policial es tan grande que eso hace que la gente se controle”.
Esta revista ha comprobado cómo varios agentes de la Guardia Civil cachearon a un grupo de jóvenes veinteañeros sospechosos de consumo y posesión de drogas la madrugada del viernes 25 de mayo en un paseo oscuro, aunque muy transitado, de la gran explanada ante la famosa ermita de la Virgen. Los jóvenes hicieron un extraño movimiento al ver aparecer a los agentes, como si se quisieran desprender de la mercancía.
Agentes del emblemático puesto de la Guardia Civil de El Rocío se incautaron, además, de un alijo de 828 kilos de hachís en las playas de Matalascañas y detuvieron a cuatro personas, dos españoles y dos de nacionalidad marroquí. Otro hombre fue detenido el jueves 21 de mayo por morder en el brazo a un guardia que le impidió que saltara la verja para tocar a la Virgen. “Iba borracho como una cuba”, afirma un testigo. También bajo los efectos del alcohol estaban los dos hombres que fueron detenidos por maltrato.
A pesar de todo, los guardias comentan: “Este ha sido un año muy tranquilo, con muy pocas incidencias, y más teniendo en cuenta que han coincidido más de un millón de personas de fiesta, comiendo, bebiendo, sin dormir...”. Lo corroboran en el hospital de campaña montado especialmente para la ocasión. De las más de 2.300 asistencias, una buena parte se debió a intoxicaciones etílicas, sin más trascendencia que “dormir la borrachera o tratamiento con la B12”, explica uno de los jefes de día del servicio médico. Aun así, añaden que lo más corriente son los traumatismos por golpes, caídas de caballo, tropiezos, esguinces, fisuras... y en muchos de ellos el alcohol también está presente. Este año, además, no se han tratado tantas afecciones respiratorias como en ocasiones pasadas porque el clima ha acompañado: no ha hecho demasiado calor y las lluvias pasadas asentaron la tierra del camino, por lo que no hubo demasiado polvo. Aunque sí hubo sexo.
“Hacemos lo que podemos, pero esto no es una bacanal –comenta jocoso un rociero andaluz–. En muchas casas de La Aldea (por las que se llegan a pagar hasta 18.000 euros de alquiler por una semana) conviven decenas de personas durmiendo como pueden en el suelo, en sillones o teniendo que compartir camas. Y con la calentura de las copas, las chicas guapas vestidas de flamencas, el ambiente de juerga...”. Pero hay muchas parejas que no pueden contener sus ganas amatorias y dan rienda suelta al deseo en plena calle. La zona más frecuentada –por idílica y, sobre todo, por oscura– es la más cercana a las marismas de Doñana, un área de juncos y árboles sin más iluminación que la luna llena. Incluso entre los habituales comentan que un grupo de personas, que no pertenecen a ninguna hermandad, cada año alquilan una casa diferente y organizan auténticas orgías. Los más incrédulos lo desmienten: para ellos se trata de una leyenda urbana.
La Romeria del Rocio, los toros, los encierros, los toros embolaos, la cabra que tiran del campanario, todos los temas de maltratos de animales y la de borrachos y drogadictos por no decir el 85% que son los que estan en esas fiestas ,,,,todo esto NO DEBERIA EXISTIR!!! JODER. algun comentario...
Portada
mis comunidades
otras secciones
Cosas para adultos (1): El Rocío
Tras intentar explicarme en pleno siglo XXI el espectáculo de los millones de paisanos bebiendo vino, cantando, rezando en plena borrachera, dándose golpes en el pecho, jurando que van a ser buenos, arrastrando mulos y carretas por medio país, tragando polvo y llorando alcohol en honor a la virgen del Rocío, pegándose de hostias por agarrar esa estatua de madera, saltando una reja a las tres de la mañana, tratando a sus caballos como la marca de distinción señoritil que son y zarandeando de mala manera a sus hijos pequeños para que se rocen con la Blanca Paloma y así no se metan de mayores en la Droga o se hagan rojos o gays o ateos, o las tres cosas, o cosas peores que cuando seas padre comerás huevos, tras ver eso, he decidido que no estoy preparado para entender este misterio, puesto que tal misterio es, como todos los misterios, irracional e irresoluble, y yo ya no estoy para darle vueltas a las cosas, sobre todo después de saber los millones por minuto que ganan los presentadores de los teleconcursos de la televisión pública donde se aspira a salir de pobre sin dar palo al agua, pero eso sí, con el dinero de todos los demás imbéciles contribuyentes en el bolsillito.
Los polvos del camino
• Hay tantos Rocíos como rocieros. Mientras para la inmensa mayoría se trata de una celebración religiosa con connotaciones festivas, para otros La Aldea es el lugar ideal para correrse una buena con cocaína, ‘éxtasis’, hachís... Incluso se habla de orgías.
Reportaje por: David ARNANZ
“Venimos por la Virgen, que es lo más grande; pero si además lo animamos con flamenco, cante, baile, copitas y buen jamón, mejor que mejor”. Una mezcla de fervor y diversión: eso es El Rocío, la mayor peregrinación del catolicismo, comparable con la visita a La Meca en el islam. Pero ¿habría tanta devoción si se eliminara la parte lúdica de esta fiesta religiosa? “Naturalmente, sí. Se dice que cada vez hay menos gente en el Camino, sin embargo, La Aldea este año está a reventar”, explica un peregrino de la Hermandad de Huelva, una de las emblemáticas de El Rocío.
Hay quien no se da cuenta de que hacer el Camino cuesta unos 2.500 euros por pareja, y no todo el mundo se lo puede permitir; por eso se vienen directamente a La Aldea a ver a la Virgen, que es lo más importante”, explica otro rociero. Pero no todos comparten el mismo sentimiento. “Nosotros venimos de fiesta y nos interesan nuestras copitas, los porritos y, sobre todo, ligar: aquí un amigo para todas sus amigas”, comenta un joven de Cádiz que visita El Rocío por primera vez junto a dos amigos porque “el año pasado estuvieron unos colegas y lo pasaron de puta madre”.
Cocaína, ‘éxtasis’ y hachís
“Droga hay, eso está claro, pero como la puede haber en cualquier fiesta o discoteca”, comenta restándole importancia uno de los 600 guardias civiles que han compuesto el dispositivo Aldea para la seguridad de la fiesta. Sin embargo, las drogas o el alcohol han estado presentes en la mayoría de las detenciones que se han producido este año. A un joven le dieron el alto por conducir sospechosamente de madrugada. Durante el registro se le encontraron dos papelinas de cocaína y 18 pastillas de éxtasis. ¿Resultado? Detenido por menudeo; es decir, por llevar poca cantidad, supuestamente des- tinada al consumo personal. “La mayoría venimos con nuestras drogas de casa, pero aquí es bastante fácil pillar”, comenta una joven que baila en uno de los chiringuitos flamencos de La Aldea. “Somos conscientes de que aquí hay excesos, pero no hacemos controles de alcoholemia ni de menudeo. Si los hiciéramos, nos tendríamos que llevar a la mitad de los rocieros”, asegura un guardia civil, que añade: “No intervenimos mientras no se altere el orden público. La presencia policial es tan grande que eso hace que la gente se controle”.
Esta revista ha comprobado cómo varios agentes de la Guardia Civil cachearon a un grupo de jóvenes veinteañeros sospechosos de consumo y posesión de drogas la madrugada del viernes 25 de mayo en un paseo oscuro, aunque muy transitado, de la gran explanada ante la famosa ermita de la Virgen. Los jóvenes hicieron un extraño movimiento al ver aparecer a los agentes, como si se quisieran desprender de la mercancía.
Agentes del emblemático puesto de la Guardia Civil de El Rocío se incautaron, además, de un alijo de 828 kilos de hachís en las playas de Matalascañas y detuvieron a cuatro personas, dos españoles y dos de nacionalidad marroquí. Otro hombre fue detenido el jueves 21 de mayo por morder en el brazo a un guardia que le impidió que saltara la verja para tocar a la Virgen. “Iba borracho como una cuba”, afirma un testigo. También bajo los efectos del alcohol estaban los dos hombres que fueron detenidos por maltrato.
A pesar de todo, los guardias comentan: “Este ha sido un año muy tranquilo, con muy pocas incidencias, y más teniendo en cuenta que han coincidido más de un millón de personas de fiesta, comiendo, bebiendo, sin dormir...”. Lo corroboran en el hospital de campaña montado especialmente para la ocasión. De las más de 2.300 asistencias, una buena parte se debió a intoxicaciones etílicas, sin más trascendencia que “dormir la borrachera o tratamiento con la B12”, explica uno de los jefes de día del servicio médico. Aun así, añaden que lo más corriente son los traumatismos por golpes, caídas de caballo, tropiezos, esguinces, fisuras... y en muchos de ellos el alcohol también está presente. Este año, además, no se han tratado tantas afecciones respiratorias como en ocasiones pasadas porque el clima ha acompañado: no ha hecho demasiado calor y las lluvias pasadas asentaron la tierra del camino, por lo que no hubo demasiado polvo. Aunque sí hubo sexo.
“Hacemos lo que podemos, pero esto no es una bacanal –comenta jocoso un rociero andaluz–. En muchas casas de La Aldea (por las que se llegan a pagar hasta 18.000 euros de alquiler por una semana) conviven decenas de personas durmiendo como pueden en el suelo, en sillones o teniendo que compartir camas. Y con la calentura de las copas, las chicas guapas vestidas de flamencas, el ambiente de juerga...”. Pero hay muchas parejas que no pueden contener sus ganas amatorias y dan rienda suelta al deseo en plena calle. La zona más frecuentada –por idílica y, sobre todo, por oscura– es la más cercana a las marismas de Doñana, un área de juncos y árboles sin más iluminación que la luna llena. Incluso entre los habituales comentan que un grupo de personas, que no pertenecen a ninguna hermandad, cada año alquilan una casa diferente y organizan auténticas orgías. Los más incrédulos lo desmienten: para ellos se trata de una leyenda urbana.
La Romeria del Rocio, los toros, los encierros, los toros embolaos, la cabra que tiran del campanario, todos los temas de maltratos de animales y la de borrachos y drogadictos por no decir el 85% que son los que estan en esas fiestas ,,,,todo esto NO DEBERIA EXISTIR!!! JODER. algun comentario...