#11 De acuerdo con tu comentario, excepto en una cosa: seguirles el juego a los malos y llamar "privilegios" a algo que en realidad son derechos (como la estabilidad laboral), y que no se convierten en privilegios por el hecho de que a los demás se los estén arrebatando. Es algo así como decir que gozamos del privilegio de la vida porque a otros los están matando. No. No debemos ceder a su neolengua. Ni privilegios, ni copagos, ni nada. Las cosas, por su nombre.
Yo soy funcionario de carrera, después de aprobar tres veces y obtener finalmente mi plaza en un proceso de concurso-oposición (todos esos que hablan de "un trabajo para toda la vida por aprobar un examen" no tienen ni idea, y deberían informarse antes de piar). También he trabajado en la privada. La diferencia fundamental no es siquiera la seguridad en el puesto: la principal diferencia es que, en la privada, tu jefe te dice blanco y es blanco, aunque la ley diga negro (ejemplos: horas extras no pagadas, realizar funciones que escapan de mis obligaciones y competencia, etc.). Ahora, como funcionario del Estado (soy profesor de Secundaria), me puede venir el ministro de Educación a ordenarme que haga algo contrario a derecho o al bien de mis alumnos, que lo mando a paseo con toda la tranquilidad.
Hablo de derechos. Siempre he defendido que, por suerte o por desgracia, el funcionariado en este país siempre ha visto respetados más sus derechos que el resto de los trabajadores, dado que el Estado no es una empresa, no debe mirar por sus beneficios sino por la calidad de los servicios que presta. Los que se contentan cuando a nosotros nos recortan derechos, aparte de responder al prototipo patrio (yo estoy mal, pero no quiero estar mejor, quiero que el de al lado esté peor y así estoy contento) son, en mi opinión, un poco lelos: los derechos que se nos respetan a los funcionarios son el máximo teórico a que cualquier trabajador puede aspirar en este país, porque el Estado es bastante escrupuloso en eso. Por desgracia, no digo que sea justo ni bueno, el funcionario siempre estará mejor (por otra parte, el sistema de oposiciones público es libre y está ahí para quien lo quiera). Así que si un trabajador de la privada piensa que está mal, que pida que los funcionarios estén peor: él, dentro de poco, estará peor aún, ya que el nivel de derechos de aquel con quien se compara ha bajado.
Nos bajaron el sueldo. Nos lo congelaron. Hoy han congelado el salario mínimo interprofesional, una basura que apenas da para comer, y nadie se escandaliza (aparte de volver a congelármelo a mí). A eso me refiero. No digo que todo el mundo deba luchar por el sueldo de los funcionarios (que cada uno se preocupe por lo suyo es lo normal). Digo que la gente debería más luchar para mejorar en lo suyo, y no sentarse delante de la TV y alegrarse cuando putean a otros. Estamos perdiendo la batalla, compadres.
Eso es lo que se está probando. Todos, incluidos los que las aplican, saben que las medidas no sirven para nada excepto para hacer que la riqueza siga concentrándose. Lo que se está comprobando es hasta que punto la gente es capaz de aguantar sin que ocurra nada reseñable (Protestar y gritar no es importante, los cerdos también chillan cuando van al matadero) Hace ya muchos años que saben que la gente, tomada como conjunto, es borrega, deja de pensar y sigue a quien le indique el camino por el simple hecho de no tener que pensar que camino coger. Despues de controlar los principales medios de propaganda del mundo, antes llamados medios de comunicación, se disponen a ver hasta donde pueden llegar. Y lo que hemos aguantado hasta ahora no es nada comparado con lo que podemos llegar a soportar. Preparados para el "cambio"
#13 "Qué fácil es decir que es cosa de Obama, cuando la culpa de la crisis es del anterior gobierno de Bush."
¿Para que votais a la izquierda los que nunca esperáis que esta rectifique los errores de la derecha? Vale, Bush puede que no haya actuado bien en materia económica (no lo se) pero si se que Obama siguió después aumentando la deuda pública, y no corrigió nada de lo anterior.
Yo estube en una conferencia suya en la Facultad de CC EE en Valencia en los primeros noventa, recuerdo una frase suya que se me quedó grabada, dijo más o menos así en referencia a los nacionalismos: "Hacer del motor de tus inquietudes y de tu vida el sitio donde has nacido, algo que tú no has podido controlar, no es coherente, haz el motor de tu vida cosas que tú puedes cambiar o sería posible cambiar, pero no algo en lo que no tuviste nada que ver y que motivó el azar..."
Por otro lado se dedicó el resto de la conferencia a alabar los aspectos económicos del ingreso en la CEE y del glorioso gobierno de FG en materia económica (que ya entonces hacía aguas) . Por que aunque era brillante, era ante todo un político del PSOE.
#20¿De verdad pensáis que pueden arrestar a alguien por intentar cerrar una cuenta en un banco?
Creerán lo que la fe les ordene creer.
Es que hay temas con los que muchos meneantes obran procurando tan solo «confirmar» sus prejuicios, aunque sea forzando a su propia racionalidad. Por ejemplo, haz la prueba: inventa en tu blog que «un informe secreto revela que Ratzinger torturó y quemó personalmente a cinco teólogos de la liberación en 1985»: portada automática.
#8 en el resto de Europa... en Grecia y Holanda por ejemplo echaron en mayor o menor medida las leyes atrás viendo la ruina que supuso. SI SE QUEJAN, y mucho, en Grecia directamente los hosteleros dijeron que volvian a permitir fumar porque estaban yendo a la ruina.
Pero es más facil soltar el comentario típico, que en las noticias sobre esta ley otra cosa no, pero comentarios tópicos y típicos, para parar un tren, me temo...
Yo soy funcionario de carrera, después de aprobar tres veces y obtener finalmente mi plaza en un proceso de concurso-oposición (todos esos que hablan de "un trabajo para toda la vida por aprobar un examen" no tienen ni idea, y deberían informarse antes de piar). También he trabajado en la privada. La diferencia fundamental no es siquiera la seguridad en el puesto: la principal diferencia es que, en la privada, tu jefe te dice blanco y es blanco, aunque la ley diga negro (ejemplos: horas extras no pagadas, realizar funciones que escapan de mis obligaciones y competencia, etc.). Ahora, como funcionario del Estado (soy profesor de Secundaria), me puede venir el ministro de Educación a ordenarme que haga algo contrario a derecho o al bien de mis alumnos, que lo mando a paseo con toda la tranquilidad.
Hablo de derechos. Siempre he defendido que, por suerte o por desgracia, el funcionariado en este país siempre ha visto respetados más sus derechos que el resto de los trabajadores, dado que el Estado no es una empresa, no debe mirar por sus beneficios sino por la calidad de los servicios que presta. Los que se contentan cuando a nosotros nos recortan derechos, aparte de responder al prototipo patrio (yo estoy mal, pero no quiero estar mejor, quiero que el de al lado esté peor y así estoy contento) son, en mi opinión, un poco lelos: los derechos que se nos respetan a los funcionarios son el máximo teórico a que cualquier trabajador puede aspirar en este país, porque el Estado es bastante escrupuloso en eso. Por desgracia, no digo que sea justo ni bueno, el funcionario siempre estará mejor (por otra parte, el sistema de oposiciones público es libre y está ahí para quien lo quiera). Así que si un trabajador de la privada piensa que está mal, que pida que los funcionarios estén peor: él, dentro de poco, estará peor aún, ya que el nivel de derechos de aquel con quien se compara ha bajado.
Nos bajaron el sueldo. Nos lo congelaron. Hoy han congelado el salario mínimo interprofesional, una basura que apenas da para comer, y nadie se escandaliza (aparte de volver a congelármelo a mí). A eso me refiero. No digo que todo el mundo deba luchar por el sueldo de los funcionarios (que cada uno se preocupe por lo suyo es lo normal). Digo que la gente debería más luchar para mejorar en lo suyo, y no sentarse delante de la TV y alegrarse cuando putean a otros. Estamos perdiendo la batalla, compadres.
Un saludo.