En 2007, funcionarios del ayuntamiento de Boadilla, redactaron un informe de los chanchullos y lo hicieron llegar en mano a Esperanza Aguirre. La respuesta: "me encargué de verificar que lo había recibido, y en respuesta me llegó una misiva: Debíamos denunciarlo y mover este escándalo a través de los medios de comunicación."