Pedro T.T., toxicómano, con múltiples antecedentes y que justo acababa de robarle un bolso a golpes a una señora.
Si la señora hubiese muerto como consecuencia de los golpes, para muchos sería un desafortunado accidente y no se acordarían de los "huérfanos" que dejase. Si el muerto es Pedro T.T., toxicómano multirreincidente, golpeado inmediatamente después del violento robo con la intención de que devolviese el material robado, resulta que es asesinato con alevosía y hay que acordarse de los pobres huerfanitos que deja, a los que estaba continuamente educando en valores y a los que quería pagar la matrícula de la universidad con el fruto de sus violentos robos.
Lo más escandaloso de todo esto es que (casi) nadie se escandaliza. Estamos normalizando que este tipo de gentuza se presente a representantes públicos:
No es que se haya perdido nada vamos, hace años que es un tracker patético comparado con todas las alternativas existentes.
Una especie de media markt o el corte inglés, algo que sólo usan los que no conocen alternativas y están un poco oxidados en el campo