Aparte de la crónica de lo que él vivió (muy bien contada) también hace una reflexión sobre la manera de actuar de la policía que me parece muy buena. Como la entrada es larga la copio aquí por si a alguien no llega a leerla:
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Siempre he pensado que me gusta vivir en un país moderno y democrático, lo que se conoce como un ‘estado de derecho’.
Disfruto del hecho de que existan unas Fuerzas de Seguridad del Estado, con las que generalmente no tienes contacto como ciudadano, pero que siempre están ahí, jugándose el pellejo por defenderte, cuando alguien quiere hacerte daño o atenta contra tus propiedades. Me parece absolutamente maravilloso que unos trabajadores públicos, seguramente mal pagados, se jueguen el físico por ti. El estado te ampara y te protege. Es su obligación claro, pero aun así me parece maravilloso…
Pues esta percepción ha cambiado algo estas semanas, a continuación voy a intentar explicar el por qué.
El pasado 4 de Agosto, como llevo haciendo con cierta continuidad desde el 15 de Mayo salí a la calle a relatar lo que viera del llamado movimiento #15M. Yo no soy un periodista (no trabajo para ningún medio), soy un cineasta y un ciudadano, pero desde el mismo 16 de mayo he estado en #acampadasol y en las manifestaciones y movilizaciones del #15M. Pues el 4 de agosto viví muy de cerca las cargas policiales del Ministerio del Interior, que fueron brutales, sin mediar provocación y absolutamente desproporcionadas. no pensaba yo que fuera a ver eso en mi país en el siglo XXI. Pasé mucho miedo aquella noche y no sabía que se iba a repetir.
La noche anterior había visto ya una secuencia en Sol que, creo, es digna de relatarse. Una chica tiene algún tipo de altercado con un agente y le pide el número de placa y pide que venga el SAMUR. No le hacen caso y empieza a gritar exigiendo el número de placa, se pone muy nerviosa y empieza a llorar. Y entonces pasa lo siguiente: otros agentes la… » ver todo el comentario
Que triste que sean los ciudadanos de otros países los que aprecien el trabajo y el sacrificio de nuestros militares mientras los españolitos "progres" se dedican a mancillar su recuerdo cómodamente sentados delante de su ordenador. Se nos tendría que caer la cara de vergüenza.
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Siempre he pensado que me gusta vivir en un país moderno y democrático, lo que se conoce como un ‘estado de derecho’.
Disfruto del hecho de que existan unas Fuerzas de Seguridad del Estado, con las que generalmente no tienes contacto como ciudadano, pero que siempre están ahí, jugándose el pellejo por defenderte, cuando alguien quiere hacerte daño o atenta contra tus propiedades. Me parece absolutamente maravilloso que unos trabajadores públicos, seguramente mal pagados, se jueguen el físico por ti. El estado te ampara y te protege. Es su obligación claro, pero aun así me parece maravilloso…
Pues esta percepción ha cambiado algo estas semanas, a continuación voy a intentar explicar el por qué.
El pasado 4 de Agosto, como llevo haciendo con cierta continuidad desde el 15 de Mayo salí a la calle a relatar lo que viera del llamado movimiento #15M. Yo no soy un periodista (no trabajo para ningún medio), soy un cineasta y un ciudadano, pero desde el mismo 16 de mayo he estado en #acampadasol y en las manifestaciones y movilizaciones del #15M. Pues el 4 de agosto viví muy de cerca las cargas policiales del Ministerio del Interior, que fueron brutales, sin mediar provocación y absolutamente desproporcionadas. no pensaba yo que fuera a ver eso en mi país en el siglo XXI. Pasé mucho miedo aquella noche y no sabía que se iba a repetir.
La noche anterior había visto ya una secuencia en Sol que, creo, es digna de relatarse. Una chica tiene algún tipo de altercado con un agente y le pide el número de placa y pide que venga el SAMUR. No le hacen caso y empieza a gritar exigiendo el número de placa, se pone muy nerviosa y empieza a llorar. Y entonces pasa lo siguiente: otros agentes la… » ver todo el comentario