Pues me parece una falta de respeto hacia otros muchos corresponsales de guerra españoles asesinados por soldados o milicianos de otras nacionalidades como Miguel Gil (asesinado por guerrilleros de Sierra Leona), Julio Fuentes (asesinado por guerrilleros talibán) o Ricardo Ortega (asesinado por milicianos haitianos). Ninguno de sus asesinos ha sido nunca juzgado. En mi modesta opinión, y al contrario de los casos que he citado anteriormente, lo de Couso no fue un crimen de guerra sino un terrible accidente, como los que ocurren en todas las guerras.