Recuerdo que una vez me mando a comprarle un paquete de tabaco. Tenía yo como ocho o nueve años. Fuí a por su paquete de Ducados y me atropelló un coche, me dejó sin sentido pero no me hizo nada. Subí a mi casa con mucho miedo y con la ropa destrozada, se lo conté y me dió una hostia en la cara, una hostia con la fuerza de un hombre a un niño... Habéis visto las estrellitas esas que salen en los dibujos animados, yo las vi por primera vez en ese momento. Encima de que le fuí a por el tabaco y me atropelló un coche, un Doge de aquellos y me desperté los escalones de un portal con gente a mi alrededor. Yo salí corriendo a darle el paquete de tabaco a mi padre, pero había perdido la vuelta del dinero y tenía mucho miedo. Aquel golpe me separó para siempre de mi padre, al que después, siempre tuve miedo. No había contado esto a nadie, es la primera vez que lo cuento porque me he acordado de ello ahora. Manda gÜevos y mandaron una gallina,, cuidado que tengo 60 años, está muerto y todavía le tengo miedo. Qué pena de vida tíos, qué pena.
Es lógico. Si quieren evitar filtraciones de información, y la web desde la que se puede filtrar información de forma segura es wikileaks, normal que no dejen entrar.
Ahora bien, que sea lógico desde un punto de vista operativo no quiere decir que sea ético ni moral. Hay unas cosas llamadas libertades que están por encima de las consideraciones prácticas, de la misma forma que tampoco vale establecer un toque de queda por las noches en las ciudades, pese a que así se acabaría con muchos crímenes.
Si quieren evitar las filtraciones, hay que ir hasta el origen, que es que hay mucha gente descontenta con su propio gobierno porque cree que comete crímenes de guerra. El día que se respeten escrupulosamente los derechos humanos no habrá nada escandaloso que filtrar, ni nadie resentido con el gobierno que quiera filtrar nada.