#1 pero que puta mierda es esta. No solo la página se lee como el culo, es que ni siquiera tu comentario hay por donde cogerlo. Qué clase de psicópata usa el apóstrofo como coma decimal??
#14 Seguro, la protección de datos en España la cumple todo el mundo de forma escrupulosa. Cómo la ley de rastreo personal (llamada ley de cookies), que también se sigue al dedillo.
#124 O sea: a Pablo Iglesias le mandan una amenaza de muerte, Vox dice que miente y que se la envió él mismo (porque es lo que ha afirmado al decir que no se lo cree) sin la más mínima evidencia, y tú lo justificas.
¡¡¡Bravo!!!
Simplemente plantéate qué pasaría si Pablo Iglesias dijese eso mismo de la amenaza recibida por Ayuso.
#120 Porque no tiene evidencia alguna de que sea un ataque falso. Su único argumento es que "de este gobierno no nos creemos nada". Punto. Por tanto, efectivamente, NO está condenando esta violencia.
#56 No, no... condenó todo tipo de violencia, sí, pero luego añadió que no se creía que esas cartas con los cartuchos fuesen reales. Eso no es condenar un ataque.
#56 A mi no me parece sospechoso, esto me recuerda a los controles de seguridad del aeropuerto, cada cierto tiempo aparece una noticia de un periodista que consigue colarse con un cuchillo o algo similar. No conozco los detalles de esos controles, pero no dudo de que puedan fallar.
#56 Igual la de ayuso la han detectado porque la empresa, si esto esta subcontratado, están en alerta desde que se les pasaron las otras cartas y les han dado un toque de atención.
#4 En 2019 se inscribieron como víctimas de violencia de género y violencia doméstica, 39.757 personas, un 2,2% más que en 2018. De éstas, 36.745 fueron mujeres y 3.012 hombres.
Datos del INE.
#67 Se habla mucho de la violencia física, pero poco de la violencia no-física. Hombres que viven en una relación donde sus pareja les están haciendo reproches continuamente y los tienen quemado, controlando dónde van y de dónde viene ny con quién están. He conocido varios así, que decías de quedar después del trabajo para tomar una cerveza distendidamente y nunca podían, o el día que podían se bebían la cerveza en dos tragos y "me tengo que ir que me están esperando". Muy triste.