Soy obesa de nacimiento (empecé a engordar nada más nacer) y mi metabolismo me ha obligado a controlar lo que como (bastante menos, por cierto, que la mayoría de personas delgadas que conozco... Y bastante mejor: comida casera, comprada en el mercado, frente a precocinados que nunca consumo). Toda una vida sintiéndome culpable cuando, al comer en público lo mismo o menos que el de la mesa de al lado, siento como esa misma persona me mira como pensando: "mira la gorda como traga". Cruel, ¿no os parece? En el instituto seguía una dieta de endocrino en la que mi tentenpié de media mañana eran cuatro galletas maría. Mis compañeros, tras zamparse su bocata de media barra, me pedían una galleta (de la cuatro que llevaba) y, si no se la daba, algunos se metían conmigo y me llamaban gorda. Mi metabolismo me ha obligado a saber más sobre alimentación que la media, incluso he dado clases en colegios al respecto, haciendo prevención de la discriminación. Pero ciertos recuerdos aún duelen, por ejemplo, al leer esta tendenciosa noticia (¿la investigación la patrocina algún fabricante de productos adelgazantes?).
Nunca he tenido coche, voy a todas partes andando (si está demasiado lejos, transporte público). Vivo en un tercero sin ascensor. Me encanta caminar, moverme, bailar. Sí creo que el calentamiento global es un problema real que nos atañe a todos, pero no por estar más gordo que el vecino se nos tiene que señalar con el dedo, pues a lo mejor el vecino tiene la suerte de comer lo que quiere no engordar. ¡Y encima tiene un 4x4 que usa para ir a comprar el periódico!
Portada
mis comunidades
otras secciones
Me encanta que este ser patético, prepotente, chuloplaya, perrito faldero de la Hilton juegue en el R. Madrid. Ojalá que los equipos de cantera humillen al equipo Visa Oro. Mírame a los ojos, CR7, y goza.