Es un mercado de pijos 100%. La hipsterización snobista de lo que antaño fueron los mercados "de toda la vida". Pasas por ahí y es ridículo todo desde los precios al patético aire "moderno" que le quieren dar.
El Mercado Central aún guarda algo de su esencia, pero ya hace años abrieron un bar "gourmet" de nosequé cocinero famoso y también snobismo a punta pala, así que me imagino seguirá el mismo camino.
Valencia era una ciudad singular y tradicional y de ahí le venía su encanto, como a cualquier otra ciudad de hecho, y lo que las hace bonitas a todas. Pero de unos cuantos años a esta parte los bastardos de los hosteleros y el sector turismo se han empecinado en intentar convertirla en una especie de Barcelona en tiempos de antes de Colau, pero en versión cutre y plastiquera. Una pena, porque está bastante degenerado todo y muy lleno de gente arrasando por todas partes.
Mira que tengo perros y estoy en contra del maltrato animal y toda la pesca, pero es un verdadero problema respecto de los perros de guarda como los mastines, que la gente no sepa distinguir trabajo de maltrato (así se deben sentir en su vida laboral). Se ve que esos urbanistas “bienintencionados” no conciben un bienestar animal que no sea ponerle trapitos al chucho y subir fotos de su mascota haciendo monerías a Instagram. Hay perros que son de trabajo, y necesitan realizar ese trabajo (por supuesto teniendo sus necesidades bien atendidas, con sus revisiones sanitarias y sin maltrato físico) para estar felices; les gusta hacerlo, se sienten bien haciéndolo y forma parte de una sana simbiosis (cuando el dueño no es un hijoeputa) entre perros y humanos.