Siento gran impotencia cuando veo el Parlamento,
sé que se encuentran dentro y que están decidiendo.
Leyes, nuevos proyectos, reformas e impuestos.
Grito blasfemando una vez más,
¿Por qué les da su apoyo la humanidad?
Si nos venden, nos juzgan, no nos dejan en paz,
si están manejando nuestra libertad.
Mi esqueleto se arrastra frente al ayuntamiento,
unas sinceras ganas de llenarlo de estiércol;
pero hay suficiente ya detrás del cemento.
¿Acaso cuesta tanto poder tomar,
tus propias decisiones sin delegar,
en parásitos tu responsabilidad?
Están jugando de nuevo con tu voluntad.
Y ante esta amargura vuelvo a llorar,
todas mis ilusiones ahora son dolor.
Veo como venden hambre y compran dignidad,
vidas con un precio, un número y un valor.
Y ante esta amargura vuelvo a gritar,
todas mis sensaciones ahora son ficción.
Veo como corre sangre y muere la verdad;
muerte con un precio, vidas sin valor.
Juegan con ellas, con nuestras vidas,
les ponen precio, los de allá arriba.
Y ante esta amargura, vuelvo a llorar,
todas mis ilusiones ahora son dolor.
Veo como corre la sangre y muere la verdad;
muerte con un precio, ¡¡vidas sin valor!!