Además de un léxico pobre, algunos participantes lucen unos escasos conocimientos de historia:
El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de la Naciones Unidas aprobó la resolución 181 con la que daba luz verde a la partición de Palestina (55% para el nuevo estado judío y 45% para el árabe), en un supuesto intento de acabar conlos enfrentamientos que se vivían en la zona. En mayo de 1948, David Ben Gurion declaró unilateralmente la creación del Estado de Israel lo que desencadenó la intervención militar de los Estados árabes vecinos. Al final de esta primera
guerra árabe-israelí, el Estado judío amplió la superficie de su territorio (hasta el 78% de la Palestina histórica). La Nakba (el desastre), supuso la destrucción de 389 pueblos y la huida de casi 800.000 palestinos creando lo que será la mayor población refugiada en el mundo. A pesar de la legislación internacional (resolución 194 de diciembre de 1948), los refugiados nunca
pudieron volver. Y después de casi sesenta años de exilio, continua siendo uno de los puntos clave y más rechazado de la negociación.
Desde entonces, el proyecto sionista y la colonización de toda la tierra palestina se han ido consolidando a través de una política de hechos consumados.
En 1967, la continua violación del Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU por parte de Israel, se volvió más flagrante: después de la guerra de los seís días, Israel ocupa ilegalmente Jerusalén Este, Cisjordania y la Franja de Gaza, sometiendo al pueblo palestino a vivir bajo asedio.
A mediados de 2002, Israel pone en marcha la construcción del Muro del Apartheid. Este muro, cuyo trazado se establece sin tener en cuenta en ningún momento la línea verde trazada por la Naciones Unidas en 1967, supone la confiscación y anexión de facto del 50% de las tierras palestinas de
Cisjordania. A consecuencia del muro, 210.000 palestinos de 67 pueblos estarán directamente afectados, el 16% de la población palestina de Cisjordania quedará atrapada entre la línea verde y el muro, 200.000 habitantes de Jerusalén Este quedaran aislados del resto de Cisjordania, el 98% de los colonos que viven en Cisjordánia (unos 400.000) quedaran incluidos dentro de las zonas anexionadas de facto y además quedará dentro de esa misma zona parte importante de los acuíferos que abastecen los cultivos palestinos. Para empezar.
A ello se le suma la colonización de la tierra palestina a través de cientos de puestos de control y la implacable expansión de asentamientos (colonias), los asesinatos, arrestos ilegales y continuos castigos colectivos, así como la descarada limpieza étnica, las políticas discriminatorias en Jerusalén y dentro de Israel con los árabes que viven en dicho territorio, y la negativa al retorno de los palestinos en condición de refugiados.
No existe posibilidad de reconciliación entre ambos pueblos mientras los Derechos Humanos de la población árabe, tanto de Palestina como de Israel, no sean garantizados. Los Derechos Humanos que son universales, indivisibles e interdependientes, no son respetados por Israel, al igual que los derechos civiles con los ciudadanos árabes en Israel, discriminados por criterios
religiosos y étnico-nacionalistas.
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Además de un léxico pobre, algunos participantes lucen unos escasos conocimientos de historia:
El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de la Naciones Unidas aprobó la resolución 181 con la que daba luz verde a la partición de Palestina (55% para el nuevo estado judío y 45% para el árabe), en un supuesto intento de acabar conlos enfrentamientos que se vivían en la zona. En mayo de 1948, David Ben Gurion declaró unilateralmente la creación del Estado de Israel lo que desencadenó la intervención militar de los Estados árabes vecinos. Al final de esta primera
guerra árabe-israelí, el Estado judío amplió la superficie de su territorio (hasta el 78% de la Palestina histórica). La Nakba (el desastre), supuso la destrucción de 389 pueblos y la huida de casi 800.000 palestinos creando lo que será la mayor población refugiada en el mundo. A pesar de la legislación internacional (resolución 194 de diciembre de 1948), los refugiados nunca
pudieron volver. Y después de casi sesenta años de exilio, continua siendo uno de los puntos clave y más rechazado de la negociación.
Desde entonces, el proyecto sionista y la colonización de toda la tierra palestina se han ido consolidando a través de una política de hechos consumados.
En 1967, la continua violación del Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU por parte de Israel, se volvió más flagrante: después de la guerra de los seís días, Israel ocupa ilegalmente Jerusalén Este, Cisjordania y la Franja de Gaza, sometiendo al pueblo palestino a vivir bajo asedio.
A mediados de 2002, Israel pone en marcha la construcción del Muro del Apartheid. Este muro, cuyo trazado se establece sin tener en cuenta en ningún momento la línea verde trazada por la Naciones Unidas en 1967, supone la confiscación y anexión de facto del 50% de las tierras palestinas de
Cisjordania. A consecuencia del muro, 210.000 palestinos de 67 pueblos estarán directamente afectados, el 16% de la población palestina de Cisjordania quedará atrapada entre la línea verde y el muro, 200.000 habitantes de Jerusalén Este quedaran aislados del resto de Cisjordania, el 98% de los colonos que viven en Cisjordánia (unos 400.000) quedaran incluidos dentro de las zonas anexionadas de facto y además quedará dentro de esa misma zona parte importante de los acuíferos que abastecen los cultivos palestinos. Para empezar.
A ello se le suma la colonización de la tierra palestina a través de cientos de puestos de control y la implacable expansión de asentamientos (colonias), los asesinatos, arrestos ilegales y continuos castigos colectivos, así como la descarada limpieza étnica, las políticas discriminatorias en Jerusalén y dentro de Israel con los árabes que viven en dicho territorio, y la negativa al retorno de los palestinos en condición de refugiados.
No existe posibilidad de reconciliación entre ambos pueblos mientras los Derechos Humanos de la población árabe, tanto de Palestina como de Israel, no sean garantizados. Los Derechos Humanos que son universales, indivisibles e interdependientes, no son respetados por Israel, al igual que los derechos civiles con los ciudadanos árabes en Israel, discriminados por criterios
religiosos y étnico-nacionalistas.