Dejad de presumir. La vergüenza de Europa, donde el Ayuntamiento no sólo vende el espacio de sus vecinos sino incluso sus vidas, es Sevilla.
Aquí el fin de semana empieza el jueves y llega al domingo. Las madrugadas puedes encontrar en algunas zonas como los Bermejales, tanta gente en los veladores como paseando por las Ramblas de Barcelona un sábado por la tarde. Todos los coches están en doble fila pero jamás acude la policía local.
Tras cinco años de padecer los vecinos sabemos que para que uno sólo de estos bares permanezcan abiertos, se necesitan muchos funcionarios corruptos.
Soy catalán y vivo en Andalucía desde hace unos años. Mi testimonio es muy diferente. Aquí hay gente que trabaja muchísimo. Luego están los que viven del cuento, que son muy pocos, y los que no tienen oportunidad de trabajar, que son muchísimos.
Criticadles por votar a los de siempre, que perpetúan los problemas, pero no mintáis.